jueves, 1 de noviembre de 2012

no te las has leido todavía?¿A qué esperas?

'50 sombras de Grey', el encantamiento del sexo
Debo reconocer que no me creía eso de que 'Cincuenta sombras de Grey' era una "novela adictiva". Vaya, que desconfiaba de ese eslogan como desconfío de todas las novelas históricas que, para vender, se describen como herederas de 'Los pilares de la Tierra'. Pero me equivoqué. 'Cincuenta sombras de Grey' (es, efectivamente, una novela adictiva. No hay otra forma de definirla. La empiezas y no puedes parar. Necesitas acabarla, aunque eso signifique leer tumbada en la cama hasta las tres de la madrugada. No puedes huir de la relación entre Anastasia y Christian Grey. De ese enamoramiento que no se sabe si es amor, encantamiento o, simplemente sexo. Porque los humanos somos así, si además de sexo hay cariño, alguna cena y largas conversaciones tenemos la tentación de confundirlo con el amor, aunque el sexo no sea convencional ni romántico. Preciosa ilusión de la que a veces nos cuesta desencantarnos. Las más de 500 páginas en las que E. L. James nos desgrana los primeros compases de la relación entre la inexperta (que no inocente, cuidado) Anastasia y el sexy e inquietante Christian Grey, aficionado al sexo duro y las relaciones de dominación-sumisión, se leen en apenas un par de días. Uno, si puedes quedarte en casa pegada al libro. Precisamente en los personajes, contundentes, con luces y sombras y bien definidos, está parte del éxito de la trilogía (el miércoles día 4 salen a la venta los dos libros restantes: 'Cincuenta sombras más oscuras' y 'Cincuenta sombras liberadas') que ha convulsionado a las mujeres de Estados Unidos. Pero no sólo en los personajes. La trama está bien trazada y el lenguaje no puede ser más acertado. Es difícil describir escenas de sexo tan explícitas (erecciones, ropa interior, caricias, azotes, cuero, fustas, gritos, órdenes, silencios...) sin resultar vulgar. Pues la señora James lo consigue. Con nota.
Lo que no acabo de entender, una vez leída la novela, es el revuelo que ha generado la trilogía. Hay escenas de sexo, explícitas y duras, pero no creo que sean para tanto. Se limitan a media docena. Es verdad que te suben la temperatura corporal, que se te despiertan el cuerpo y la líbido, te activan la imaginación, te hacen sentir la necesidad de ser un poco mala... Pero no es para tanto. He leído novelas de la colección 'La sonrisa vertical' mucho más fuertes. Tampoco entiendo algunos comentarios que he escuchado y leído en los que se acusa a la novela de presentar una protagonista sumisa, sin personalidad, que accede a los deseos de Christian y que degrada a las mujeres. Lo que pasa entre dos adultos, de forma voluntaria, entre las sábanas es cosa de esos dos adultos. Dos, o los que sean. Además, no hay que olvidar que en una relación de dominación-sumisión sana y que se limita al sexo es el sumiso el que tiene el poder. Quien tiene la capacidad de decir basta, hasta aquí, de marcar sus límites. 'Cincuenta sombras de Grey' es una lectura, pero también una invitación. A jugar. A usar la corbata. A usar la máscara. A usar las esposas. Todo venía en la caja. Solo faltaba Christian Grey. "Sin duda cree que he sucumbido a los turbios hábitos sexuales del señor Grey. Bueno, a sus excepcionales hábitos sexuales... ¿o quizá el sexo sea así para todo el mundo?" Ánimate y llevate la tuya ya,sólo tienes que escribirme, 18 euros

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