lunes, 5 de noviembre de 2012

ARTICULOS INTERESANTES para preguntas frecuentes

Las preguntas sobre sexo que siempre quisiste hacer y las respuestas más sinceras II

¿Es normal haber tenido algún sueño homosexual?

Totalmente. Los sueños, mientras dormimos, y las fantasías, cuando estamos despiertos, son libres y contribuyen a hacer más placentero el sexo, ya que la imaginación es el más potente afrodisíaco.

Por otro lado, la homosexualidad no es más que una opción sexual como otra cualquiera. Si la preocupación es si la persona que sueña o fantasea con relaciones homosexuales puede ser homosexual, pues seguramente no. Pero aunque fuera homosexual o bisexual o fuera heterosexual con alguna inclinación hacia el mismo sexo, ¿cuál es el problema?

Los principales enemigos de una sexualidad sana, divertida y satisfactoria son los prejuicios y la represión.


¿Por qué no soy capaz de tener un orgasmo con mi pareja pero sí masturbándome?

La mayoría de mujeres son eminentemente clitorianas y, aunque la penetración les resulte placentera, no experimentan orgasmos. Probad diferentes posturas que dejen libres las manos de uno de vosotros –o de los dos- para estimular el clítoris.

También puede ser que hayáis probado diferentes formas de estimulación, como el sexo oral o la masturbación, y que tampoco tengas un orgasmo. Es el momento de poner a trabajar tu mano: mastúrbate urbacion,como te gusta hasta llegar al clímax de forma que él pueda ver cómo lo haces. Es una excitante clase práctica, ya que a muchos hombres les excita mucho ver como su compañera se da placer.



¿De verdad que a ellos les gusta hacernos el cunnilingus?

A la mayoría de hombres: sí. Definitivamente. Les encanta excitar a sus parejas y hacerlas gozar y ver como disfrutan y se vuelven locas de placer.

Según el Informe Janus, el 53% de los hombres consideraba que el placer orgásmico de las mujeres era más importante que el propio, mientras que sólo el 34% de las mujeres anteponía el placer de sus parejas al suyo. Los datos son de 1993, actualmente los hombres están todavía más dispuestos a dar placer a sus compañeras. Saca tus propias conclusiones…


Cómo se hace una buena felación?

Con cariño, dedicación, imaginación y entrega. La técnica, como en cualquier otra práctica sexual, no es lo más importante, aunque algunas pequeñas “mañas” pueden ayudar a convertir la experiencia en algo inolvidable.

Excítale poco a poco, sensibiliza todo su cuerpo acariciándolo –antes de la felación y durante-, acércate poco a poco a su pene, lamiendo los laterales del tronco, luego la punta, trátalo como si fuera un delicioso helado que quieras evitar que se derrita y pasa poco a poco a caricias bucales más intensas acompañadas de muchos lengüetazos y una succión firme…

Pospón un poco el orgasmo excitándole y parando un momento o haciendo otro tipo de caricia.

La clave de una buena felación –como de un buen cunnilingus- es que la persona que la hace también disfrute.


¿Cómo pedir lo que deseas y te apetece en el sexo?

Muchas mujeres se quejan de que los hombres no las acarician lo suficiente, de que van muy directos al grano, de que no logran establecer conexión emocional ni la suficiente intimidad, de que ellos no son nada románticos ni detallistas…

La clave está en tomar la iniciativa y sorprender con un detalle, una velada especial, un cosmético o un juguete erótico, un encuentro sexual inesperado, una velada sorpresa o plantear un juego sensual... Todas estas iniciativas sirven para empezar a crear ambiente.

En cuanto al sexo en sí, un gemido o una serie de gemidos le harán saber que está en el buen camino, mientras que el silencio le comunicará que no debería haber cambiado el tipo de estimulación o la velocidad o lo que estuviera haciendo antes del silencio.

La principal preocupación de las mujeres –y de los hombres- a la hora de pedir lo que desean es no herir al otro. Frases como: “así no” pueden ser muy descorazonadoras y negativas, pero se pueden sustituir por otras más alentadoras y positivas como: “Me gusta mucho esto, pero lo que estabas haciendo antes era genial” o “mmm, vuélvelo a hacer así”, “me encantaría que ahora me tocaras los pechos (o lo que sea que desees en ese momento), o “mmm, estoy muy excitada, me pones a cien, ahora hazlo más suave, sí, así”.

Por otro lado, no está de más mantener conversaciones sobre sexo, en plan juego, dentro y fuera del lecho y, si es necesario, conversaciones más formales y serias en un momento tranquilo en el que estemos bien lejos de la cama, que debería ser un lugar de gozo y de relajación no de problemas ni trifulcas.

No se tienen que usar frases que suenen como un reproche, sino expresiones que planteen un juego, comuniquen un reto e inviten a participar y pasarlo bien.


¿Cómo introducir juegos y juguetes en vuestras relaciones?

Los juguetes sexuales no son la panacea que soluciona la rutina o cualquier otro problema o falta de entendimiento sexual, pero son unos buenos aliados para introducir variedad y nuevos estímulos en la vida íntima.

Por muy reacios que sean un hombre o una mujer a usar este tipo de elementos, seguro que se les puede tentar con juguetes que inviten a la participación como un estiloso masajeador, una anilla para el pene supervibradora, un cosmético erótico –como un aceite afrodisíaco comestible- con el que excitar más y mejor sus zonas más sensibles, un vibrador que haga vibrar la mano (Tantrabeam)…

Los juguetes deben presentarse como una sorpresa, algo especial para una velada especial, y siempre de acuerdo a los gustos de la persona con la que compartimos cama. Puede ser muy divertido idear un juego personal o una fantasía para desarrollar con el objeto.






(*Extraido de la revista lmr)

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